lunes, 22 de agosto de 2011

*La parte más lúgubre de la necedad

Es precisamente el poco conocimiento de Dios, o su conocimiento mero y vago.

Mi inspiración es Noemí, la suegra de Rut. Ella habla de Dios como Todopoderoso y pareciera una contradicción de su parte, pues ella sólo hace quejarse de lo que le había pasado y de su condición actual.

En primer lugar, parece una contradicción porque en vez de quejarse, ella debió haber puesto toda su confianza en El.

En segundo lugar, parece una contradicción porque si Dios es Todopoderoso porqué no descansar en su poder para que te saque de tu angustia.

Y en tercer lugar, parece una contradicción porque si Dios es Todopoderoso ella debió de deducir que Dios usa su poder para librarnos, ayudarnos siempre con un propósito bueno e intencional para nosotros.

Sabemos que ella había perdido a su esposo y a sus hijos, y eso es algo razonablemente entendible. Pero esos eventos no debieron hacer que ella se volviera una resentida con Dios, pues el Todopoderoso también es Soberano y hace con cada quien según su voluntad.

Tampoco ella debió de tornarse quejona ni amargada, sólo poniendo la mirada en el problema y no en el Todopoderoso. Sólo cuando comprendemos que el o los problemas, las dificultades, el sufrimiento es enviado por Dios con un propósito definido, concebidos en su sabiduría para hacernos crecer hasta su estatura es que vamos a aprender a contentarnos cualquiera que sea nuestra situación.

Como dice Stanley, “los problemas son bendiciones ocultas”. NOEMI pudo haber tenido una mejor actitud si hubiera tenido en Cuenta estos detalles. Alguien dijo que en los pequeños detalles se esconde el secreto de las cosas relevantes.

Si ella hubiese tenido esos detalles pendientes, ella pudo haber estado agradecida de Dios porque en su misericordia le había preservado la vida y la salud. Porque le había dado a un buen esposo y a unos buenos hijos. Porque le había dado a dos buenas nueras (esto lo dijo porque ninguna da las dos la querían dejar, lo que evidencia que gozaban de una buena relación y que ellas le tenían un gran aprecio, cosa muy escasa entre nueras y suegra). Porque le había regalado a su nuera Rut para que cuidara de ella hasta su muerte. Y porque su confianza en Dios le daría la paz, la esperanza; la seguridad de saber que Dios tenía provista la solución a su situación.

Que Dios nos ayude a no sólo conocerle de oídas, sino a verlo en cada cosa que nos acontece, sea buena o mala, a mirarlo detrás de todo, con la conciencia de que el es Todopoderoso, y que de su control no escapa absolutamente nada, que su poder es ilimitado, pues su alcance es, como toda su persona, infinito.

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